“Ser institutor es una vivencia que jamás termina; y por eso somos aguiluchos para toda la vida”…palabras de la Dra. Reina Torres de Araúz.
RESEÑA HISTÓRICA DEL INSTITUTO NACIONAL
El Instituto Nacional de Panamá, construido en la primera década de nuestro siglo durante la gestión administrativa del Presidente José Domingo de Obaldía, constituye la más ambiciosa pretensión de la primera generación republicana para el desarrollo de la educación popular.
Basta realizar un inventario en el campo de la cultura de la pasada centuria, para comprender el estado de abandono en que vivió el Istmo de Panamá en ese prolongado lapso histórico, como lo señaló Don Eusebio A. Morales al redactar el Manifiesto del Acta separatista de noviembre de 1903.
Muy a pesar de que no son pocos los istmeños sobresalientes que hicieron sentir en los cerrados círculos bogotanos del siglo XIX como figura de primera línea, ellos constituyen un fenómeno insular, dentro del estrecho espacio geográfico de nuestro territorio, donde las bibliotecas y colegios públicos eran cosas desconocidas; de ahí que al hacer una incursión por nuestros archivos nos encontramos que en nuestro Panamá de Ayer son mezquinas las expresiones de una literatura propia.
Antecede al Acto separatista un extenso espacio histórico de intolerancia tal vez por ello, como nos afirma Don Ernesto de la Guardia Jr. segundo egresado del Instituto Nacional en alcanzar la primera Magistratura de la Nación "La fundación del Instituto Nacional obedeció a un estímulo para movilizar los espíritus y despertar las conciencias, y convertirlas en un hervidero de preocupaciones intelectuales". Basta transitar por las instalaciones que aún conserva el Instituto Nacional de Panamá y ubicarse a principios de nuestro siglo, para comprender con que visión del futuro nuestros estadistas dotaron a aquel castillo de la inteligencia con comodidades tales, que nada tuviese que envidiar a las mejores de cualquier latitud del continente. Por el Instituto Nacional de Panamá desde sus primeros días de existencia, se destacaron como educadores, los más prestigiosos talentos de nuestro siglo panameño. Fue el primer albergue de la Facultad de Derechos y Ciencias Políticas que concibiera el Presidente Remón Maximiliano Valdés. Para dar forma al primer Centro de Estudios Superiores de nuestro país, y ahí funcionó de igual manera en su primera posada la Universidad de Panamá, que fundara Don Harmodio Arias Madrid, Don Octavio Méndez Pereira y Don José Dolores Moscote. Desde sus primeros pasos, el Instituto Nacional de Panamá se convirtió en tribuna del debate del pensamiento hispanoamericano, gracias al empeño de hombres como Méndez Pereira y Moscote, que llevaron a sus aulas artistas, pensadores y hombres de letras que transformaron el Aula Máxima del Plantel en el estrado en donde, se verificaron juegos florales, espectáculos de teatro, conferencias, recitales de música y presentaciones folklóricas de diversas latitudes.
MISIÓN Y VISIÓN
DE NUESTRO GLORIOSO NIDO DE ÁGUILAS
VISIÓN
MISIÓN
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario